Para que los Tercios hayan trascendido hasta nuestros tiempos, para conseguir ser una vanguardia histórica del siglo XVI y XVII tiene que haber algo muy importante detrás, no sólo una estrategia militar, sino una ética muy especial, unos principios ó valores que refleja muy bien nuestro gran soldado y poeta D. Pedro Calderón de la Barca en un poema que dedicó a los Tercios:
Este ejército que ves,
Vago al yelo y al calor,
La república mejor
Y más política es
del mundo, en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que él adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace
y sin mirar cómo nace
se mira cómo procede.Aquí la necesidad
No es infamia; y si es honrado,
pobre y desnudo un soldado
tiene mejor cualidad
que el más galán y lucido;
porque aquí a lo que sospecho
no adorna el vestido al pecho
que el pecho adorna al vestido.
Y así, de modestia llenos;
A los más viejos verás
tratando de ser lo más
y de aparentar lo menos.
Aquí las más principal
Hazaña es obedecer,
Y el modo cómo ha de ser
es ni pedir ni rehusar.
Aquí, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la firmeza, la lealtad,
el honor, la bizarría,
el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son
caudal de pobres soldados;
que en buena o mala fortuna
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados.